El viaje a las luces y sombras del interior es tan fascinante como aterrador. Se siente a veces tan cerca el borde del precipicio, mientras el aire del fondo nos meces y paradógicamente nos llega a calmar justo a tiempo.
“Pero el miedo se apodera de la voluntad, y se pierde la esperanza, se pierde la fe.
De repente, todo es confuso.”
Pese a la confusión y puesto que el tiempo no se detiene, los minutos pasan, los segundos se ahogan unos en otros. Quedarse inmóvil en esa confusión no se hace una opción válida. Renazca la vida de las fauces abiertas de la propia muerte. La aurora siempre es una bella visión tras una noche aguijoneada de soledad.
De repente, todo es confuso.
La idea que tengo de mí, se parece a la que tiene la mentira sobre la verdad y la verdad acerca de la mentira.
Puedo percibir que la vida transcurre más en un lugar imaginario que en uno físico, y mientras más busco cómo contrarrestar la realidad, más me pierdo en ella.
Es ese instante cuando al andar, me miro entre los escombros que han quedado por el paso de la vida, donde los sueños cayeron, donde la magia desapareció.
Pareciera que tanto tiempo de tragedia ha transcurrido, que permaneciendo en el hondo abismo de tristeza, un último suspiro acabaría con todo.
Sólo en lo distante, vagan los recuerdos de una mente olvidada que yace vacía; lo incierto palpita, pero dentro del olvido hay un golfo que ni la voz ni la mirada pueden atravesar.
El verdadero infierno está gobernado por los que no se…
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Livin' Poland 